Homenaje póstumo a Monseñor Antonio Bayter Abud

Monseñor Bayter, escribió muy poco. No le gustaba escribir. Sin embargo, en el año 2017, en uso aún de sus plenas facultades nos dejó el siguiente testimonio de su experiencia y de su vivencia como consagrado y como hombre que fue, protagonista de nuestra historia y que la vivió profundamente. Escribió el DECALOGO PARA LOS CONSAGRADOS, con buena sustentación bíblica y de grandes maestros de espiritualidad.

  1. En las cosas del Señor, no funciona la lógica sino la fe y la obediencia.   “Y estando en la condición de hombre, se humilló a así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil.2,8).
  2. La disponibilidad total es lo que más favorece el crecimiento y da más satisfacción. “El que ama a su padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí” (Mt.10,37).
  3. La fidelidad aún en las cosas pequeñas crea una personalidad capaz de cosas grandes. “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más, es fiel” (Lc.16,10).
  4. En nuestra vida hay pocas veces y aún ninguna oportunidad para ser héroe, pero sí, a cada instante se nos presenta la oportunidad de no ser cobardes. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y dominio propio” (2Tim 1,7).
  5. Hay que simplificar lo complicado y no complicar lo simple. Como no tenemos problemas, lo pequeño lo hacemos grande. (Papa Juan XXIII).
  6. Para perseverar en la opción por el Señor, no seguir la lógica de lo menos exigente, sino la de mayor renuncia y entrega. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lc 9,23).
  7. Estar totalmente integrado en la opción y sentirse siempre bien. “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hech. 20,24).
  8. Lo que más impide la realización personal es la ley del menor esfuerzo. “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán” (Lc 13,24).
  9. Es propio de los mediocres sacarle el cuerpo a la exigencia y contentarse con la ley del menor esfuerzo.
  10. “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta” (Sta. Teresa)

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