Monseñor Bayter, escribió muy poco. No le gustaba escribir. Sin embargo, en el año 2017, en uso aún de sus plenas facultades nos dejó el siguiente testimonio de su experiencia y de su vivencia como consagrado y como hombre que fue, protagonista de nuestra historia y que la vivió profundamente. Escribió el DECALOGO PARA LOS CONSAGRADOS, con buena sustentación bíblica y de grandes maestros de espiritualidad.
- En las cosas del Señor, no funciona la lógica sino la fe y la obediencia. “Y estando en la condición de hombre, se humilló a así mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil.2,8).
- La disponibilidad total es lo que más favorece el crecimiento y da más satisfacción. “El que ama a su padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí” (Mt.10,37).
- La fidelidad aún en las cosas pequeñas crea una personalidad capaz de cosas grandes. “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más, es fiel” (Lc.16,10).
- En nuestra vida hay pocas veces y aún ninguna oportunidad para ser héroe, pero sí, a cada instante se nos presenta la oportunidad de no ser cobardes. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y dominio propio” (2Tim 1,7).
- Hay que simplificar lo complicado y no complicar lo simple. Como no tenemos problemas, lo pequeño lo hacemos grande. (Papa Juan XXIII).
- Para perseverar en la opción por el Señor, no seguir la lógica de lo menos exigente, sino la de mayor renuncia y entrega. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame” (Lc 9,23).
- Estar totalmente integrado en la opción y sentirse siempre bien. “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hech. 20,24).
- Lo que más impide la realización personal es la ley del menor esfuerzo. “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar y no podrán” (Lc 13,24).
- Es propio de los mediocres sacarle el cuerpo a la exigencia y contentarse con la ley del menor esfuerzo.
- “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta” (Sta. Teresa)